Uno de los objetivos que se plantea Mindful Eating es entrar en contacto con las sensaciones que realmente nos indican que tenemos un hambre física. Suena simple, pero al principio puede ser difícil. Esto se debe a que, debido a las dietas o a los patrones caóticos de alimentación, las personas a menudo ignoran las señales de hambre física o comen por hábito cuando no tienen hambre física.
Esto a menudo termina por amortiguar de tal modo las sensaciones físicas que no llegamos a reconocer las señales de hambre en el cuerpo, perdiendo toda nuestra sabiduría interior. Nos alejamos del cuerpo y de toda la sabiduría que puede ayudarnos a cuidarnos mejor. Si practicamos la alimentación consciente podemos comenzar a recuperar esta sabiduría y comer de forma consciente aquello que necesitamos.
Comer de manera intuitiva
La manera más lógica para comenzar a volver a estar en contacto con las señales de hambre física es establecer unos horarios para comer y equilibrar lo que se come. Esto es especialmente válido para las personas que se enfrentan al comer de manera emocional o compulsiva: un plan de alimentación que respalda la salud nutricional comienza a equilibrar nuestros cuerpos para que nuestro sistema regulatorio del apetito pueda comenzar a funcionar de la manera en que fue concebido. Para comenzar a conectar con nuestro cuerpo es interesante observarnos como está nuestra hambre despues de un buen periodo de descanso y sueño por la mañana.
- En la primera comida, puedes tratar de conectar con los diferentes tipos de hambre. Si crees que tienes hambre pero no tienes plena seguridad, espera un momento. Se aclarará.
- El hambre física se vuelve más intensa con el tiempo. Es especialmente importante que le preguntes a tu cuerpo si tienes sed, hay veces que tendemos a confundir el hambre con la sed. Los deseos emocionales o espirituales que experimentas como hambre generalmente no se intensifican con el tiempo.
Una escala de hambre o saciedad física
Trabajar con una escala de hambre y saciedad puede ayudarte a aumentar tu conciencia sobre el hambre y la satisfacción física. Calificar tu nivel de hambre o satisfacción con un número te ayuda a detenerte y considerar qué está sucediendo realmente en su cuerpo.
Aquí tienes un ejemplo de escala…
- Sensación de morir de hambre: puedes tener dolor de cabeza o sentir náuseas
- Demasiado hambriento: puede estar con mareo, dificultad para concentrarte, tembloroso
- La necesidad de comer es fuerte: el estómago gruñe, puedes sentir punzadas / sensación de rugido en el estómago; incluso puede notar una ligera presión en la parte posterior de la garganta
- Un poco de hambre: sientes algo de vacío en el estómago, tal vez notando que sus pensamientos se desvían hacia la comida
- Neutral: ya no experimentas malestar en el estómago, pero no no te sientes lleno o satisfecho; en esta etapa no sentirías comida en el estómago
- Capaz de sentir algo de comida en el estómago y notar la sensación de que el estómago se expande ligeramente al haber comido.
- Satisfecha/o ; las ganas de comer disminuyes; experimentas una sensación de bienestar por haber comido suficiente.
- Llena/o: tu estómago se encuentra definitivamente lleno; el sabor, la textura y el aspecto de la comida ya no te llaman. Puedes comer más si no prestas atención a la comida
- Incómoda/o: tu estómago se comienza a estirar de más. Puedes tener dificultad para respirar debido lo lleno que te encuentras, sería incómodo con la actividad ligera (caminar) después de comer.
- Dolorosamente llena/o, «no puedes tomar otro bocado», no puedes realizar ningún tipo de actividad.
Cómo Mindful Eating te puede apoyar a mantener tu peso
Si constantemente comemos sin escuchar las señales de hambre y satisfacción, es muy posible que terminemos comiendo en exceso, dadas las muchas oportunidades que tiene la mayoría de nosotros para comer a diario.
Tómate un momento para reflexionar cuanto varía tu puntuación entre el hambre y saciedad… sin juzgarte.
- ¿En qué número estás cuando te sientas a comer y almorzar?
- ¿Cómo calificas tu hambre al final de la mayoría de las comidas y meriendas?
- Idealmente, comenzamos a comer cuando estamos a 3 o 4, cuando está claro que nuestro cuerpo necesita comida.
- La mayoría de nosotros nos sentimos más cómodos cuando nos detenemos alrededor de las 7 u 8.
¿Tienes tu «termostato» del hambre apagado?
- ¿Sueles tener mucha hambre (1 y 2)? ¿Cuando? ¿Por qué?
- ¿Alguna vez tu persona come hasta estar dolorosamente llena o incómoda? ¿Cuando? ¿Por qué?
- ¿Sigues comiendo si no tienes hambre? ¿Qué desencadena esto? Tal vez estés comiendo en respuesta a las emociones.
- Intenta practicar comiendo en un intervalo que te parezca correcto. ¿Qué cambia cuando lo haces?
Las señales internas para comenzar y dejar de comer son algo con lo que nacemos, pero a menudo perdemos en el camino de nuestra «educación». Sin embargo este proceso es reversible. Al centrarnos en las señales de hambre y satisfacción física de nuestros cuerpos, podemos comenzar a volver a reconectar con nuestra sabiduría interior, que es realmente de lo que se trata la alimentación consciente.