La compasión es una emoción que nos ayuda a comprender y compartir el sufrimiento de los demás. Sin embargo, muchas veces no sabemos a qué se refiere este término o qué implicaciones tiene para la persona. Además, podemos llegar a confundirlo con la pena o la empatía.
Paul Gilbert define la compasión como “una bondad básica que posee una conciencia profunda del sufrimiento propio y de otros seres vivos, que se complementa con un deseo e intento por aliviarlo”. Lo habitual es que podamos mostrar compasión con los demás. Podamos sentir una profunda bondad frente a un amigo o alguien que queremos y que actuemos de forma amable y cariñosa. Sin embargo, poner a nuestra disposición esta capacidad bondadosa básica que todos tenemos no nos resulta fácil, e incluso la confundimos con lástima o autoindulgencia.
Mostrar autocompasión supone cuidar de nosotros mismos igual que lo haríamos con alguien al que queremos profundamente y de forma incondicional.
La única manera que tenemos para poder acercarnos al sufrimiento es desarrollando la compasión. Según el Dalai Lama, la compasión es un estado en el que deseamos que el objeto de nuestra compasión se vea libre de sufrimiento. En la tradición budista la compasión (karuna) es una forma que adopta la bondad amorosa e incondicional (metta) cuando se encuentra con el sufrimiento. Tradicionalmente para poder desarrollar compasión en primer lugar tenemos que comenzar por nuestra propia persona para después poder extenderla hacia los demás. ¿Cómo vamos a poder empatizar con otros si no podemos tolerar los sentimientos de dolor, miedo, fracaso o vergüenza que se producen en nuestra propia persona? ¿Cómo vamos a dar a los demás algo que ni siquiera tenemos hacia nosotros mismos? ¿Cómo podríamos prestar atención a los demás cuando estamos enfrascados en nuestras propias luchas internas?
Thích Nhất Hạnh habla de la autocompasión de una forma muy gráfica y como una cualidad que aparece de forma natural en nosotros mismos. Si nos damos un martillazo en un dedo de una mano, de forma inmediata ante el dolor la otra mano intentará aliviarlo acariciando, y cuidando de la mano dañada. Esta autocompasión es innata. Del mismo modo, podemos cultivar y estimular de forma consciente esta capacidad innata para todos aquellos momentos que son difíciles para nosotros. Podemos darnos compasión porque sencillamente estamos sufriendo.
Compasión y salud. ¿Qué beneficios tiene?
Según la ciencia experimentar compasión tiene efectos beneficiosos en nuestra persona. uando nos compadecemos de otros compartimos su sufrimiento, es decir, empatizamos con la persona e intentamos rebajarlo. Esto nos hace más humanos y más sensibles.
A continuación, te explicamos los principales beneficios:
1. Disminuye la depresión
Estudios sobre la Terapia Focalizada en la Compasión o CFT, la cual se usa de forma común y con éxito en la psicoterapia, han señalado que esta tiene una clara relación con la disminución de la depresión, la ansiedad, la autocrítica y el sentimiento de inferioridad.
2. Estimula las actitudes positivas
La práctica de la compasión dirigida a otras personas, sean conocidas o no, estimula y aumenta las actitudes positivas. A ello se suma el que practicar la compasión también aumenta los sentimientos positivos de afiliación y amabilidad.
Esto ocurre debido a que, luego de que practicas la compasión, se activan los circuitos cerebrales que se relacionan con los sentimientos positivos. Lo cual puede indicar que, mientras más compasivo seas, más se despiertan en ti este tipo de sentimientos, los que ayudan a que puedas brindar una mano amiga alejado de los sentimientos de lástima.
3. Disminuye el estrés laboral
El estrés laboral o también conocido como el burnout laboral o síndrome del quemado en el trabajo es un trastorno emocional. Influye el estilo de vida que lleva el empleado en relación al entorno y las condiciones de trabajo y puede tener graves consecuencias a nivel físico y psicológico. Entre los síntomas más comunes se encuentran la depresión y la ansiedad.
El programa de kindfulness, de Mindfulness y compasión para el Estrés MBPM, se ha mostrado como una buena estrategia para aliviar el estrés y la ansiedad en profesionales de la salud como muestran algunos estudios.
Este es un fenómeno muy común en profesionales de la salud como enfermeros y médicos. Estudios científicos que buscan identificar los efectos de la capacitación en el cultivo de la compasión (CCT) en este tipo de trabajadores comprobó que este es un mecanismo que mejora varios aspectos de la salud.
4. Fortalece el sistema inmunitario.
Existen bastantes investigaciones que han determinado la ineludible relación que existe entre el estrés de cualquier tipo y la debilidad del sistema inmunitario.
Teniendo en cuenta que el mindfulness asociado a una terapia compasiva reduce el estrés y los efectos que provoca en el cuerpo, se puede inferir que ser compasivo fortalece el sistema inmunitario.
Un estudio más profundo sobre la relación de la compasión y el fortalecimiento del sistema inmunitario señala que el apoyo emocional de un ser querido o de confianza aumenta la velocidad de la cicatrización. Este proceso fisiológico está bien ligado al bienestar del sistema inmuntario.
Efectos en la alimentación
Según algunos estudios, intervenciones basadas en al compasión tiene un efecto reductor en personas afecatadas por el trastorno por atracón. Los participantes disminuyeron en la severidad de los atracones, la psicopatología de la alimentación, la vergüenza externa, la autocrítica, la inflexibilidad psicológica, la fusión cognitiva de la imagen corporal y una mayor autocompasión y compromiso con acciones valoradas.
En otro estudio las intervenciones de autocompasión redujeron la patología del trastorno alimentario global, las preocupaciones alimentarias y las preocupaciones por el peso más que otras intervenciones.
Reduce la tensión arterial
Muchos de los efectos de este tipo de empatía sobre la salud están comprobados.
La presión arterial, en algunos casos, es un síntoma más del estrés y que no se le escapa a los beneficios de la compasión. Un estudio realizado por la Brigham Young University demostró que el contacto compasivo entre las parejas reduce la presión arterial en quien recibe este contacto a mediano plazo.
Otra investigación realizada por la Universidad de Colorado precisa que los pacientes internados por ataques cardiacos y cirugías mayores, y que reciben cuidado compasivo o apoyo emocional por parte de los prestadores de salud, tiene un recuperación mayor que aquellos que reciben un cuidado estándar.
6. Alivia la percepción y el manejo del dolor crónico
Enfermedades como la fibromialgia, la esclerodermia o la fatiga crónica pueden generar un dolor crónico difícil de soportar a nivel físico y mental. Existen múltiples estudios que identifican la práctica de mindfulness y compasión como una forma de ayudar a las personas que tienen dolor.
El programa de RespiraVida BreathWorks MBPM se ha mostrado en múltiples estudios como efectivo para ayudar de forma notable a las personas con dolor o enfermedad crónico. Un estudio sobre el impacto del entrenamiento compasivo demostró que la compasión puede aliviar el dolor crónico.
Además, la práctica de la compasión puede también aliviar los sentimientos de ira y el sufrimiento mental asociados a este padecimiento.
7. Tiene efectos paliativos en casos de las personas que se encuentran cercanas a la muerte.
Los pacientes terminales se ven expuestos a un sinnúmero de dolores y afecciones psicológicas. La medicina paliativa se ha encargado de brindar tratamientos que permitan conservar por mayor tiempo una buena calidad de vida. En referencia va el último de los beneficios de la compasión que hemos enlistado para ti.
Un estudio que tomó como muestra a pacientes de cáncer de pulmón en etapa terminal probó que la compasión como tratamiento paliativo tuvo importantes efectos. Puntualmente, los resultados que se publican en el New England Journal of Medicine señalaron que quienes tuvieron un enfoque compasivo aumentaron su calidad de vida.
Aunque esto parecía obvio, de acuerdo a los beneficios ya mencionados, los investigadores descubrieron que esta terapia también tuvo efecto en el tiempo de vida. Quienes participaron del experimento aumentaron en un 30 % su expectativa de vida.