Esta es una pregunta que nos hacemos frecuentemente cuando ya comimos en exceso. Y es que hay veces que estamos llenos y de repente nos sugieren un postre tentador que nos hace tomar un postre que nuestro estómago no quiere. Según Jan Chozen Bays, una monja Zen, pediatra y autora del libro Comer Atentos, considera que el fenómeno de tener hambre es un proceso bastante complejo en el que intervienen diferentes tipos de hambre.
Jan Chozen tiene identificados 7 tipos de hambre, aunque en la actualidad se están describiendo algunos tipos de hambre más. De todos los tipos de hambre, la de estómago, se puede decir que es la que identificamos como hambre física, sin embargo hay otros tipos de hambre que influyen en ese complejo proceso que es tener hambre.
Veamos que tipos de hambre podemos identificar:
- El hambre visual, este hambre es al hambre que se ve cautivado por los ojos. Es aquello que nuestras madres nos decían que comíamos con los ojos. Son los ojos los que ante un plato del que tenemos un buen recuerdo y que nos gusta mucho nos dice que nos sirvamos más cantidad.
- El hambre táctil* es la que nos impulsa a tomar un alimento entre nuestras manos. Es aquel hambre que nos hace desear tomar una fruta entre las manos para llevar la la boca. Es ese hambre que ante un pastel de nata, nos impulsa a tomar con el dedo un poco de nata de un pastel. Es la experiencia de comer directamente con las manos, experiencia que hace totalmente diferente probar una aceituna llevandola a la boca con un tenedor que entre nuestros dedos.
- El hambre olfativa es aquél que nos impulsa a entrar en una panadería porque hemos olido el pan recién hecho y queremos comer el pan recien hecho.
- El hambre bucal es aquél que nos impulsa a comer porque necesitamos experimentar un sabor y experimentar placer en nuestra boca.
- El hambre auditiva* es un tipo de hambre que nos impulsa a comer por el sonido del alimento, el crujir del pan recien hecho, o las patatas chips. Este tipo de hambre se sacia con el sonido que se produce al masticar los alimentos. De hecho, si tomamos una patata fina y no está crujiente no saciaremos este tipo de hambre
- El hambre estomacal, es el hambre que notamos en el estómago. Se sacia fundamentalmente por el volumen y la notamos como un vacío en el estómago. Este tipo de hambre se puede confundir con las sensaciones de miedo o ansiedad que se manifiestan en nuestro estómago como resultado de la contracción de la musculatura lisa cuando se estimula el sistema adrenérgico. Las personas suelen decir que se les ha hecho como un «nudo en el estómago» y esta sensación puede ser muy similar al estómago vacío.
- El hambre corporal o celular, es el que nos piden las células de nuestro cuerpo cuando tiene algún déficit de algún nutriente. Por ejemplo carne, cuando tenemos anemia, o zumo de naranja cuando necesitamos vitamina C para hacer frente a una infección. Este tipo de hambre es muy sutil o difícil de observar, y es algo que está muy presente en los niños.
- El hambre mental se refiere a toda la información que vamos acumulando sobre aquello que debemos o no debemos comer. Este tipo de hambre suele hablarnos de alimentos buenos o alimentos malos, de aquello que debería o no debería de comer porque algo es saludable.
Un ejemplo claro de hambre mental es cuando decidimos que vamos a dejar de tomar (gluten, azúcar, grasas …) porque hemos leído que no es bueno para la salud. - El hambre de corazón, es un hambre que está ligado a las emociones. Es un tipo de hambre que nos está incitando a comer para reconfortarnos. Este tipo de hambre es normal en todas las personas, como todas las demás, pero el problema se produce cuando alguna de las hambres predomina sobre las demás y nos hace perder el equilibrio que se da entre todas las hambres.
- La sed a veces se puede confundir con el hambre. La próxima vez que sientas hambre, te invito a que bebas un vaso de agua y observes si ha habido algún cambio en tu sensación de hambre.
- El hambre social** es un tipo de hambre que se presenta cuando estamos relacionandonos con los demás en un entorno social y con comida. Así hay veces que aun teniendo todas nuestras hambres saciadas podemos vernos «obligados» a comer porque deseamos agradar a un anfitrión. O veces en que dejamos de comer aquello que nos apetecería comer por que convencionalmente no se considera adecuado. Este tipo de hambre es una mezcla de todas las anteriores y está muy ligada tanto al hambre mental, como al hambre del corazón. Este tipo de hambre se manifiesta porque comer es un acto social y de interrelación con los demás.
En general, existe una tendencia a decir que hay que hacer caso sólamente a un tipo de hambre, considerándola como el «hambre verdadera», pero en realidad todas las hambres están presentes, en muchos momentos son contradictorias y contrapuestas y ninguna puede ser calificada como un hambre buena o mala. El punto al que podemos llegar es observar qué tipo de hambre tenemos y decidir conscientemente y con libertad qué es lo más adecuado para nosotros en ese momento. Un ejemplo de todo esto es aplicar el ejercicio Respira, Explora y Decide con compasión cuando tengas hambre.
* Estos tipos de hambre están siendo formulados por Jan Chozen Bays y Char Wilkins.
** Este tipo de hambre es una exploración del autor.
— Jan Chozen Bays (2013). Comer atentos. Guía para redescubrir una relación sana con los alimentos. Barcelona: Kairós.