Decide conscientemente el momento en que vas a tomarte un aperitivo con atención plena o mindfulness. No es necesario disponer de más tiempo del que usas habitualmente para tomarte un aperitivo. Permítete durante el momento en que estarás comiendo dedicarte un tiempo para la curiosidad, la apertura y traer una atención amable y sin juicios.
Antes de comenzar conecta con tu cuerpo. Permítete realizar dos o tres respiraciones profundas abandonando con cada exhalación el peso de tu cuerpo como si se hubiese rendido a la fuerza de la gravedad.
Comienza por comprobar cuanta hambre tienes. ¿Dónde miras en tu cuerpo para saber cuanta hambre tienes? ¿Como son esas sensaciones? ¿Podrías decir cómo te sientes de lleno? Y ahora pregúntale a tu cuerpo que desea tomar. Deja un espacio para poder escucharlo, si surge algo esta bién; si no surge nada, también está bien. Decide que es lo que vas a tomar y una vez que lo hayas decidido observa que sucede en tu cuerpo, especialmente en tu barriga y en tu boca.
Una vez que tengas el aperitivo delante, tómate un tiempo para evaluarlo. ¿Cómo se ve? ¿Cuál es el color y la forma? ¿De dónde vino? ¿Cuán nutritivo crees que es? ¿A qué huele?
Y ahora da un bocado y saborea. ¿Donde notas los sabores? ¿Como varía el sabor a lo largo de la masticación? ¿En que parte de la boca y garganta notas por última vez los sabores? Date un tiempo para masticar y deja el cubierto o el resto de la porción en el plato. Da el siguiente mordisco cuando notes que elbocado de alimento haya llegado ya al estómago. Observa cualquier distracción o pensamiento, y déjalos ir y venir. Regresa a las sensaciones involucradas en comer y saborear. Degusta.
Mientras comas, observa si está disfrutando de la comida o no. Concéntrate en las sensaciones de sabor: dulce, amargo, salado, picante. Sigue volviendo al sabor de tu comida. Si notas que no lo estás disfrutando, ¿puede dejar de comer? Si lo disfrutas, cuantas ganas de continuar comiendo y experimentar el placer tienes. Saborea tu comida.
Observa cómo es tu nivel de hambre y cómo va cambiando la sensación de estar lleno según vas comiendo. En particular a mitad del aperitivo, detente y evalua ¿Cómo estoy de lleno? Si tienes hambre, sigue comiendo. Pero si notas una sensación de satisfacción, detente. Observa si es difícil detenerte en este punto y si surge algún pensamiento que te invite a seguir comiendo (tal vez: «Cómetelo todo que luego tendrás hambre») ¿Qué pensamientos y emociones están presentes mientras comes y cuando decides parar? ¿Qué creencias e historias te dices sobre la comida y la comida? Date permiso para parar, incluso si hay algo de comida en el plato. Recuerda que siempre puedes comer más tarde.
Finaliza la práctica saboreando el último bocado como lo hiciste con el primero. Tanto si te sientes que tuviste suficiente o incluso te percataste que comiste de más.
Enhorabuena, felicítate porque ahora eres más consciente y con la práctica podrás serlo más.
Dr. Silamani Guirao-Goris