Efectivamente, no has leído mal. Realmente aquello que es más saludable para ti es dejar de hacer ejercicio con una mentalidad restrictiva y finalista, con una mentalidad de dieta.
Esta mentalidad dieta se manifiesta cuando surgen pensamientos del tipo:
- Tengo que ir a correr… o lo que sea.
- Debería ir al gimnasio.
- Tengo que esforzarme más.
- Debería hacer más ejercicio.
Desde este post no estamos diciendo que dejes de moverte. Por lo que abogamos es por dejar atrás una postura en la que «hacer ejercicio» ha supuesto un trauma para muchas personas que han utilizado el ejercicio como una forma de controlar su peso o relacionarse con su cuerpo de una forma dictatorial.
Frente a esta actitud restrictiva proponemos relacionarnos con la actividad física desde una perspectiva, gozosa, curiosa y no buscando de forma finalista el resultado de «quemar calorías». Este tipo de actitud tan restrictiva con respecto a la actividad física probablemente te llevará a desarrollar una actitud no sostenible. Para pdoer desarrollar una actitud más consistente, tendremos que renunciar a los viejos pensamientos tradicionales, últimas modas y todo lo demás relacionado sobre esta temida palabra: ejercicio. La actitud de «hacer ejercicio» ha causado en muchos casos más problemas que beneficios y ocasionalmente severos traumas físicos y / o emocionales en muchas personas.
Desde aquí te proponemos relacionarte con la actividad física y el movimiento de una manera gozosa; explorando con curiosidad de qué forma la actividad te puede ayudar a sentirte bien. Podemos cultivar una actividad física en la que descubrimos el goce de mover el cuerpo, escuchándolo y abandonando los «debes» y los «tener que».
Cuando te aproximas a la actividad física desde este modo, de un modo consciente, el resultado puede ser transformador y sustituir viejas ideas como:
- quemar calorías.
- sin esfuerzo no hay beneficio.
- cuanto más mejor.
- Siente como llegas a tu límite y haz una repetición más.
Sabemos que la actividad física tiene benficios notables como:
- Mejora el humor.
- Aumentar la energía.
- Promover un mejor sueño.
- Mejorar la fuerza y la salud cardiovascular.
- Ayudar a contrarrestar la depresión.
- Reducir el estrés y la ansiedad.
- Mejorar la confianza en uno mismo.
- Aumentar el poder del cerebro.
Sin embargo será difícil acceder a estos beneficios sin nos acercamos a la actividad con la mentalidad «tengo que». La actividad fisica consciente tiene que ver directamente con la curiosidad, con prestar atención a nuestras necesidades, y tiene que ver más con el cómo realizas una actividad y cómo experimentas el efecto y no tanto con realizar cada vez más repeticiones.
La actividad física consciente te puede llevar a experimentar los matices placenteros que normalmente quedan ocultos por la falta de atención. Cuando fijas tu atención en realizar un determinado número de largos en la piscina para «quemar calorías» y para «estar mas entrenado» es posible que te pierdas el gozo de las burbujas acariciando tu cara cuando exhalas bajo el agua, el placer de sentir como el agua se desliza bajo tu cuerpo, o sentir como tus manos acarician el agua cada vez que das una brazada. Si te enfocas precisamente en esos aspectos placenteros, y eres capaz de descubrir el gozo en el momento presente, esto tendrá un efecto en tu plástica cerebral y lo que tanto te cuesta convertir en un hábito desde la perspectiva restrictiva o mentalidad dieta, será un hábito que cambie tu estilo de vida.
La actividad física consciente es algo que puedes explorar desde la amabilidad y la curiosidad. Si deseas comenzar a descubrir una nueva perspectiva respecto al movimiento consciente tal vez sea interesante para ti escuchar este audio.
Dr. Silamani Guirao-Goris
Publicado 22 de junio 2017