En mayo pasado recibí un boletín de Mindful Eating México de la Dra Lilia Graue, en él se alertaba del peligro que puede tener utilizar Mindfulness al comer como una herramienta que la convierta en una dieta. Es la aplicación del McMindfulness, al que hice referencia en otra entrada, a la alimentación. Las dietas tienen que ver con la guerra, con la guerra a las calorías, con la guerra a comer determinados alimentos, con la guerra a la sabiduría natural de nuestro cuerpo. La ciencia ha demostrado que las dietas no son efectivas y que son bastante perjudiciales para la salud, suponen someter a un estrés emocional y físico tremendo que provoca una respuesta defensiva de nuestro organismo y el universo de microorganismos que viven en nuestro cuerpo.
Lilia Graue nos hacía palpable que «la alimentación con atención plena está rápidamente incrementando en popularidad como un enfoque de sentido común para resolver un gran número de problemas relacionados con la alimentación y que ha sido especialmente efectiva en romper el ciclo “comer-arrepentirse-repetir” que con tanta frecuencia resulta de la restricción alimentaria. Desafortunadamente, muchas personas que se están subiendo al tren de la alimentación con atención plena no entienden las diferencias sutiles pero significativas entre esta práctica y las típicas dietas. Filtran los conceptos de la alimentación con atención plena a través del ya establecido paradigma de dietas y simplemente convierten la alimentación con atención plena en una dieta más – ¡con los mismos predecibles resultados!»
Lilia se hizo eco de un maravilloso artículo de Michelle May, MD que se reproduce a continuación:
Para resaltar algunos de los errores más comunes, aquí está cómo convertir comer con atención plena en hacer dieta – y qué hacer en vez de esto.
1. Hacer nuevas reglas tipo hacer dieta como “Sólo come cuando tengas hambre” y “Siempre para cuando estés lleno(a).”
Por qué: Sentirte culpable si comes cuando no tienes hambre o juzgarte por comer después de un 5 o 6 no es diferente de hacer dieta. Esta forma de comer restrictivamente te conducirá al mismo ciclo de comer-arrepentirte-repetir.
En vez de esto: Cuando sientas ganas de comer, haz una pausa y pregúntate “¿Tengo hambre?” – no para decidir si tienes permiso de comer, sino para reconocer por qué quieres comer. Con esta conciencia, puedes elegir libremente si comer o no.
2. Pensar acerca de la alimentación con atención plena en términos de “Tips y trucos” en vez de cómo una práctica.
Por qué: Tips como “Mastica cada bocado 20 veces” no conducen a mayor conciencia, ¡sólo al aburrimiento! Y mientras que todos estamos acostumbrados a encabezados tales como “5 Trucos para No Desviarte de Tu Dieta” ese enfoque “mágico” a corto plazo conduce a conductas a corto plazo.
En vez de esto: A diferencia de hacer dieta, que típicamente se vuelve más difícil sostener con el tiempo, comer con atención plena se vuelve más natural con la práctica. Al aprender cómo poner atención a tus sensaciones físicas, pensamientos y sentimientos con el paso del tiempo, descubres que tienes un experto interno que te guía naturalmente hacia el equilibrio, variedad y moderación.
3. Utilizar la alimentación con atención plena para resistirte a comer los alimentos que se te antojan.
Por qué: ¡Lo que resistes persiste!
En vez de esto: La atención plena te enseña a permitir que lo que sea que notes simplemente sea. Quizá notes que se te antoja un alimento favorito de tu infancia. En vez de resistirlo, te pones curiosa(o) acerca del antojo. ¿Cómo se siente el antojo? ¿Qué, específicamente, deseas acerca de ese alimento? ¿Qué asociaciones tienes con ese alimento? ¿Esas asociaciones te dan alguna pista acerca de tus necesidades subyacentes? ¿Cómo se sentiría comer ese alimento? ¿Cómo se sentiría si no lo comes? Y así sucesivamente.
4. Permitirte ser indulgente con tus golosinas preferidas saboreando sólo uno o dos bocados.
Por qué: ¡Este consejo aparentemente permisivo sigue siendo restrictivo! Cuando tienes que tener “permiso” para comer un alimento preferido siendo «indulgente» siempre y cuando sigas reglas específicas, estos mensajes sutiles alimentan un sentimiento inconsciente de juicio y privación que puede conducir paradójicamente a comer en exceso.
En vez de esto: No pongas límites arbitrarios en torno a la alimentación que finalmente conducen a “hacer trampa” y a sentir culpa. La alimentación con atención plena te ayuda a confiar en tu experto interno para comer lo que amas y amar lo que comes.
5. Enfocarte en perder peso.
Por qué: Una definición sencilla de atención plena es la conciencia libre de juicios del momento presente.No puedes cambiar tu peso en el momento presente, así que enfocarte en la pérdida de peso te mantiene enfocado(a) en algo que está en el futuro.
En vez de esto: Vuélvete más consciente de tus señales físicas de hambre y saciedad y de cómo te sientes cuando comes distintos tipos y cantidades de comida. Sintonízate con la apariencia, aromas, sabores y texturas de los alimentos que seleccionas. Nota cómo te sientes cuando mueves tu cuerpo. Utiliza las señales de tu cuerpo para practicar auto-cuidado, tales como descansar cuando tu cuerpo está cansado, hacer una pausa cuando te sientes estresada(o), conectarte con otros cuando sientes aburrimiento o soledad, etc. Momento a momento, nota los efectos de las elecciones que haces y permite que esa conciencia afecte las elecciones que hagas.